Un día sacando el perro por el campo, nos encontramos una chica que se había encontrado una manada de 6 perros abandonados por la calle. Fue ahí, cuando conocimos a Serra la protagonista de esta historia.
La chica no paraba de intentar convencernos para que nos quedarnos la última perra que les quedaba por dar.
Nos fuimos de caminata por la montaña con un grupo de unos 5 perros, la perra mostraba unas cualidades sociales muy altas, solo llevaba con la chica dos días y no se separaba de ella y eso que iba suelta todo el rato. Mostraba mucha seguridad a la hora de cruzarse con todos los perros que encontrábamos por el camino, se dejaba oler muy bien, se mostraba tranquila, incluso cuando los perros le hacían entradas muy enérgicas en las que cualquier otro perro se hubiera sentido amenazado.
Tras un paseo juntos por la montaña de hora y media, nos pidió que probáramos a quedárnosla esa noche y os lo pensáis.
Yo no lo tenía muy claro, pero mi mujer se había enamorado de la perra. Acepte a quedarme la esa noche y valorábamos al día siguiente que hacíamos con ella.
La verdad no nos pillaba en un buen momento, los dos trabajábamos mucho y la perra estaría sola en casa en el proceso de adaptación. El proceso de adaptar un perro a un nuevo hogar es algo muy estresante para el animal, si encima tienes otro perro mucho más ya que debes observar, mediar y controlar la integración dentro del hogar.
Como teníamos que trabajar los dos, le pedimos a la chica que no conocíamos de apenas nada, que viniera a nuestra casa cuidar de los perros para no dejarlos solos los primeros días mientras trabajábamos.
Cuando adoptas un perro que no conoces su historia, es conveniente no dejarlos solos nuca. La chica aceptó ayudarnos en la integración de la perra. Se vino el primer día, el segundo y al tercero todo parecía ir genial. La perra dormía todo el día, se llevaba muy bien con nuestro perro era una maravilla. Al cuarto día, instalamos una cámara de video vigilancias, porque la chica no podía estar todos los días en mi casa 8 horas metida allí.
Todo parecía ir genial, ese día iban a estar los perros solos 4 horas, así que le dijimos que no hacía falta que viniera.
Llevo trabajando con animales 25 años y creedme, nunca dejo de aprender.
Cerramos todas las puertas de los cuartos, la puerta de la calle con llave, todas las ventanas menos la ventana de mi cuarto donde dejé la persiana casi cerrada, le quedaban 10 cm para cerrarse además tenia mosquitera y estaba la puerta del cuarto cerrada.
Hicimos un buen “plan de enriquecimiento ambiental” para quien no sepa lo que es, lo explico rápida mente, llenamos toda la casa de distintos estímulos diferentes, juguetes, comida muy suculentas para mantener entretenida a la perra durante 4 horas.
Pero en cuestión de seguridad, nada nunca es suficiente y por mucho que creamos que lo hemos hecho todo, siempre se nos escapará algo que nunca llegaste a imaginar.
Mientras estábamos en el trabajo, en un grupo de vecinos mandan una foto de una perra que parecía atropellada.
Cuando la ve mi mujer me llama y me dice:
¿no habrás dejado la puerta abierta verdad?
Le dije, no imposible. Me tembló todo el cuerpo pensando que podía haber pasado y en que podía haber fallado.
Y es que cuando les pasa algo a los animales que tenemos a nuestro cargo, siempre somo los responsables para bien o para mal esto es así.
No debemos castigarnos, pero si debemos aprender de cada situación para la próxima vez.
Fue un día de tormenta, algo con lo que no contábamos y que meses más tardes descubrimos que a la perra los truenos le daban pánico nuclear.
La perra entra en pánico y se sube al segundo piso buscando donde esconderse, abre la nenecilla de la puerta del cuarto se va hacia la ventana, rompe la mosquitera y hace palanca con su cuerpo para abrir la persiana y saltar del segundo piso intentando huir.
¡Consecuencia fémur roto ¡
Llevaba 4 días en mi casa y aunque la perra aparentemente parecía estar tranquila, con el detónate del trueno, la perra entra en un ataque de pánico e intenta escapar de donde este como sea.
Esto es algo con lo que no contaba, que tuviera pánico a los truenos, disparos y petardos. ( de esto te das cuenta luego)
Cuando adoptas un perro que no conoces su historia y lo acabas de cambiar de su entorno, el animal se encuentra en una situación super estresante. Por eso es muy importante no dejarlos nunca solos en la medida de lo posible.
El perro pasó de vivir en una manada que conocía y que nunca supimos de donde venia, a estar en una casa totalmente desconocida con un perro que aceptaba pero que no era de su manada.
Para seguir aumentando el estrés del animal, este día hubo una tormenta muy fuerte que fue el detonante que hizo que la perra intentara huir de donde estaba de forma desesperada. Si hubiera estado con alguien esto no pasa.
En aquel momento no podíamos saber porque diablos había hecho eso la perra cuando estaba tan tranquila en casa.
Meses más tardes, cuando fuimos conociendo a la perra y vivimos junto a ella su primera tormenta, lo entendimos todo. Con el sonido de los truenos, entraba en pánico absoluto buscaba a toda costa salir de donde estuviera y buscar un sitio para esconderse.
Para entender cada acción que realiza un animal en un momento concreto, debemos tratar de recordar cada pequeño detalle que pudo ocurrir para que el realice dicho comportamiento. Esto nos facilitara poder anticiparnos en el futuro.
Que debemos aprender de esta historia y cuando tenemos un animal nuevo en casa:
Durante el proceso de adaptación de un perro, no lo dejes solo salvo casos extremos.
Toma las máximas medidas de precaución cuando dejas a tu perro solo para evitar accidentes
(siempre son pocas)
Los procesos de integración de un animal a un nuevo hogar son muy importantes y requieren de mucho tiempo, intenta planificar bien cuando es el momento de meter un perro en casa para poder evitar todo esto.
Tener un animal con lleva una gran responsabilidad, compromiso y gastos económicos que pueden ser muy elevados y debemos valorarlos antes de tener un perro.
Espero que esta historia, os ayude a mejorar todo lo que este en vuestras manos el día que toméis la decisión de compartir vuestra vida con un perro.